domingo, 17 de agosto de 2014

¿Sexualidad, estereotipos o estupidez?

¿Qué hecho es el que hace que dos mujeres puedan ir de la mano por la calle sin ser llamadas homosexuales, pero que dos hombres sean etiquetados directamente en esa categoría en la misma situación? ¿Es tradición? ¿Es sociedad? ¿Es simplemente "algo nuestro"? No hacemos otra cosa que poner etiquetas, etiquetas y más etiquetas a aquello que nos rodea. Se supone que ya estamos acostumbrados a todo, pero volviendo a hechos como que dos mujeres o dos hombres se den la mano parece que no podemos llegar a ponernos de acuerdo. Pongámonos en la situación de que en una clase se pregunta quién consideraría homosexuales a dos mujeres, ambas con la etiqueta de "mujer hetero"ante la sociedad actual. Probablemente muy poca gente sostendría que esas mujeres tienen una relación o simplemente se sienten atraídas por su mismo sexo. Las opiniones más comunes serían que son amigas, nada más que amigas, y que en las mujeres eso es muy normal. Ahora, pongámonos en el caso de que son dos hombres los que van de la mano por la calle. Aclaro que estos dos son hombres que a imagen de todos parecerían los típicos "hombres hetero" a los que cualquiera vería con una mujer y ninguno se sorprendería. ¿Qué pasaría en la clase? Aquí la cosa cambiaría y las opiniones serían más diversas. La gran mayoría, si no son todos los presentes, pensarían que esos hombres son pareja o que tienen tendencias homosexuales. También puede ser que las mujeres se desesperaran, que esa opción también está muy vista. Lo curioso de tal imagen sería que ninguno de esos hombres fuese homosexual ante los ojos de todos. Entonces vuelvo a preguntar, ¿qué es esto? A lo mejor lo que nos bombardea son estereotipos o que estamos muy influidos con todo tipo de orientación sexual, pero somos nosotros los que inventamos esas etiquetas. Ahora se me ocurren algunas cuestiones más. ¿Toda mujer tiene que ir al baño acompañada con una amiga? ¿A todo hombre heterosexual tiene que gustarle algún deporte? Quizá todo esto sea porque se suele tener a los hombres como los más fuertes, menos cariñosos y a las mujeres como a la joya que hay que proteger porque es delicada.

Los hombres también lloran, las mujeres hacen daño y ante situaciones psicológicas todos somos iguales se muestre o no se muestre porque depende de cada uno.


miércoles, 4 de junio de 2014

Pequeñeces

Era un grupo de animales bastante peculiar, pues había de muchos tamaños y especies, y lo curioso es que se llevaban todos bien. Solían pasear juntos y ser muy felices, tanto, que el resto de animales les envidiaba y trataba de hacer lo mismo que ellos. Un día en el que salió todo el grupo, la serpiente llevó varios trucos de magia preparados ante los que todo quedaron sorprendidos. Ella, a ver el impacto que tuvo, continuó buscando trucos y mostrándoselos a sus amigos. Uno de ellos era aparentar que se comía un ratón y que después aparecía intacto, como si nada hubiera pasado. Por desgracia, este truco salió mal un día y descubrió lo deliciosos que eran los ratones. Desde entonces no hacía otra cosa que atacar al ratoncillo del grupo sin que este se diera cuenta, pero, sin poder evitarlo, tuvo un detalle poco hábil. La serpiente le contó todo su plan al perro, el cual se lo dijo al ratón. El pequeño roedor, tras asociar ideas, se propuso que esa serpiente no le haría nunca daño y puso un plan en marcha. Cuando todo esto estaba previsto, el ratón citó a la serpiente. El resto de sus amigos se hallaban escondidos y vieron desde allí cómo la serpiente intentaba comerse al ratón cada poco tiempo. El plan del ratoncito se puso en marcha al anochecer, en un momento en el que el sol estaba en la posición exacta para que se viera la gran sombra negra del ratón. Esta asustó a la serpiente y todos sus amigos comprendieron cómo era realmente aquel animal que se arrastraba.

¿Moraleja?

miércoles, 16 de octubre de 2013

Correspondencia

"Querida" sociedad,

te escribo esto para preguntarte por qué has cambiado tanto de unos años a otros.

Atentamente: Una persona que vive en ti.



Querida persona,

tú me preguntas a mí por qué he cambiado, pero quizá eso debería preguntártelo yo a ti. Yo no he cambiado, los que me habéis cambiado sois vosotros. ¿Tú crees que yo no era feliz hace unos años? Claro que lo era. Me gustaba ver cómo la gente disfrutaba de la vida, me encantaba observar que muchas personas como tú se lo pasaban tan bien con cosas sencillas como las chapas de las botellas de cristal, me emocionaba ver cómo las personas se cuidaban unas a otras sin esperar nada a cambio. ¿De verdad crees que lo que está pasando es cosa mía? Me corrompéis, me usáis de excusa para justificar todo lo que estáis haciendo vosotros. ¿Qué me puedes decir del bullying? Es algo completamente vergonzoso. No te niego que antes no hubiese alguna crítica, pero ahora es demasiado.Se llega a tal extremo que parecéis animales que se mueven por instinto de supervivencia. Como tú bien has firmado, se trata de personas y no de animales. ¿Qué tal si hablamos de las modas? Ya no solo en cuanto a forma de vestir, sino también en la forma de actuar. Vale, tampoco te niego que siempre haya habido grupitos, pero ahora mismo parecéis marionetas.Vosotros decís que yo os muevo, pero sois vosotros los que os manejáis unos a otras, tratando de hacer que el resto se parezca un poco más a todos vosotros. Y luego soy yo la mala que os maneja a todos. Es gracioso porque gracias a vuestras artimañas, como pueden ser las críticas, cuando conseguís ser todos iguales, volvéis a criticar. Decís cosas como que nadie tiene personalidad. En fin, continúo. Ahora podemos hablar de sentimientos, ¿te parece? ¿Qué pasa? Decir "me gusta x persona" se ha convertido en "me tiraría a x persona". Prostituis los "te quiero", empezáis a usar el "te amo" y lo único que buscáis es encontrar a alguien que no os deje solos y os saque de la mierda. No te confundas, persona, no te juzgo porque puede que tú seas así y sientas las cosas. También sigo confiando en la gente que quiere de verdad, porque la hay. El problema es que hay demasiados de los primeros. ¿Tú has visto el número de deprimidos, el índice de bulimia y anorexia, gente que sufre? Por no olvidar a la gente que se corta. ¿Realmente son valientes por tener el valor de hacerlo o sencillamente unos cobardes por no atreverse a enfrentarse a la vida y a los problemas? Y la culpa sigue siendo mía, ¿verdad? No es vuestra por llamar a una persona "gorda", "fea"... ¿no? Es mi culpa que os insultéis unos a otros, tienes razón. Soy yo la que ha cambiado y no vosotros, es verdad. No os he dado la oportunidad de hacer las cosas bien.

Atentamente: la sociedad con la colaboración de la vida.

lunes, 17 de junio de 2013

III. Miedos

Me da miedo no encontrar a nadie y, si lo encuentro, me da miedo que no sepa guiarme cuando estoy perdida. Me da miedo caminar sobre piedras y estar descalza. Me da miedo no encontrar nada por lo que luchar, que nada me conmueva. Me da miedo cerrar los ojos y que, al volver a abrirlos, nada haya cambiado, que la gente siga moviéndose en su burbuja. Me da miedo no saber afrontar el fracaso con madurez. Me da miedo parecer una piedra, que los demás piensen que mis sentimientos son inexistentes. Me da miedo no hacer nada, quedarme quieta viendo cómo pasa el tiempo. Me da miedo crear sin inspiración, que aquello que haga no tenga sentido a mis propios ojos. Me da miedo hablar y que no me escuchen, gritar y dejarme la voz. Me da miedo no aprender de los errores y volver a cometerlos una y otra vez. Me da miedo caer y no saber levantarme. Me da miedo parecer "una más" cuando he decidido ser especial, al igual que no pasar desapercibida cuando no quiero que nadie me vea. Me da miedo fallar a la gente que quiero y que, al intentar arreglar las cosas, sea demasiado tarde. Me da miedo borrar de mi mente palabras que alguna vez podrían ayudarme. Me da miedo correr y no saber en qué dirección debo girar. Pero, sobre todo, me da miedo no saber querer.

II. Sentimientos

Sentimiento, como he escuchado más de una vez, siento y miento. Últimamente parece algo muy sobre o infravalorado, dependiendo de cómo lo mires. Sobrevalorado en el sentido de que es algo que parece que no lo puede hacer cualquiera. Como si sentir se tratara de algo elitista. Parece que sentir llega a ser algo complicado. Infravalorado porque es algo que está cayendo en desuso. La sociedad, la persona, el mundo... parece que todo está mucho más mecanizado y que hacer algo que salga directamente de la propia persona, "no mola". Que si un hombre le dice algo bonito a una mujer es un calzonazos o si una mujer se lo dice a un hombre es la típica arrastrada y fea que trata de conseguir novio a toda costa. Al final vamos a darle el significado de siento y miento porque sentir no es "lo que se lleva" y porque se miente acerca de ello tan solo para conseguir lo que quieres. ¿Qué pretendes que hagamos, sociedad? ¿Que parezcamos robots o marionetas? Lo siento, pero yo no quiero serlo.

Caminando la vida. Camino de Santiago.

"Ven al Camino de Santiago", me decían, "es una experiencia única que merece la pena vivir al menos una vez en la vida". Ya ha pasado casi un año, pero creo que merece la pena intentar describir lo que se siente. 
Tomar la decisión de cargar con una mochila durante varios días es de valientes. Todos sabemos que es andar y más andar, levantarse de madrugada, exponerse a algo realmente diferente; bien para desconectar, bien por motivos deportivos, por encontrarse a uno mismo, da igual el por qué, solo animarse a ello cambia la vida. Puede que los primeros días empieces con mucho ánimo o todo lo contrario, con el ánimo por los suelos, pero paso a paso te das cuenta de cosas que no te esperabas. Conforme vayan pasando los días encontrarás dolores en partes de tu cuerpo que no sabías que tenías, pero la mochila se hará a ti o tú a ella, pero acaba convirtiéndose en inseparable, es tu espalda. Puede que las dichosas ampollas te frenen, te duelan o que no aparezcan. Si tienes la suerte de no tenerlas, aprovéchalo y ayuda a aquellos que las tengan. El Camino también es eso, ayudar a los otros. Puede que un sencillo "Buen camino" para alguien, conocido o desconocido, una sonrisa o un gesto de ánimo cambie el ritmo de una persona. Recuerdo que los primeros días la valoración, no del Camino, sino de mí y mis capacidades era muy negativa, y no solo por mi parte, sino también lo sentía así por parte de otros. Esos días eran como diferentes puñaladas que venían de una parte y otra, pero probablemente las que más dolían eran las propias. Pero, como en todo, siempre hay una luz al final del túnel, algo o alguien que te anima a seguir adelante en todo momento. Vale, que también recibía ayuda de algunas personas que se encontraban allí conmigo, pero, sin duda, la ayuda que más me animaba estaba en otro lugar, un lugar tan familiar, que era mi casa. Ese "no te rindas" me ayudó muchísimo más de lo que cualquiera podía esperar. Ya por la mitad de los días o así, ese día tan duro de "LOS 40 KM", comprendí también la parte de la entrega en el Camino, pues todo lo bien que me encontraba yo, era lo mal que se encontraban las dos personas que me acompañaron durante ese día. Además, al final del día recibí un gracias por su parte delante de todo el grupo, lo que me animó mucho más y me hizo seguir adelante de otra manera. Entonces vi la diferencia entre hacer el camino y hacer el Camino. No es algo fácil entregar fortaleza cuando tú estás en la reserva, pero al hacerlo es como si tuvieras el depósito lleno de nuevo. Compartes tus debilidades con los otros y parece que tan solo consigues fortaleza. Es precioso entrar a Santiago con un grupo de gente, todos juntos, de la mano y pensar que lo habéis conseguido juntos.

El Camino cambia a la gente, tiene algo mágico que se queda encerrado entre el paisaje que te rodea y tú. Es difícil de explicar. Simplemente, si deseas saber qué es, haz el Camino o, como nos enseñaron a nosotros, deja que el Camino te haga. Déjate sorprender, vive la experiencia. Como a mí me decían: Ve al Camino, es una experiencia única que merece la pena vivir al menos una vez en la vida. 


martes, 22 de enero de 2013

Princesas

¿De qué sirve llevar corona? ¿De qué sirve tener a muchos "súbditos" detrás? ¿De qué sirve buscar un príncipe a toda costa? Reconocedlo chicas, todas, alguna vez, habéis deseado ser princesas.y os quedáis ahí, esperando, deseando que un día llegue vuestro "príncipe". ¡Pobres ilusas! Desde mi respeto y experiencia os digo que las cosas no son así. Cuando un día me dijeron que las princesas se comen los mocos, llevaban razón. Mucha suerte tienes que tener para ser princesa y, además, se acerquen a buscarte sin que mueva un solo dedo. He de deciros que os ha afectado mucho Disney. Aunque yo también tuve esa etapa de princesa, desde pequeña me han ido enseñando que si no luchas por lo que quieres, llegará otro y te lo arrebatará. Ser buena persona está bien, pero que no os traten como tontas.